Susan Rodriguez

Testimonio del Yagé, por Susan Rodriguez.

Susan Rodriguez

Desde pequeña sentí que algo faltaba en mi vida, no sabía qué era porque siempre lo he tenido todo (salud, techo, alimento, familia, afecto, amigos), pero en mi interior había un conflicto con el mundo, con la vida; no encontraba sentido a todo lo que la humanidad ha creado y siempre quise respuestas que no sabía si algún día iba a encontrarlas. Veía a los seres humanos desde lejos como si yo no fuera parte de ellos, sentía que no encajaba con nada y a veces sentía hasta raro el cuerpo que tenía.

Veía con recelo todas las religiones y escépticamente; no pensé que tal vez estas tuvieran la respuesta, aun así, exploré algunas para conocerlas (no muy profundo) siempre de lejos, pero tampoco encajaban conmigo. Cuando tenía 12 años mi mejor amiga, me contó que su primo había tomado yagé y que esta era una planta para conocerse a uno mismo, y esto retumbó en mi interior por varios años, pero no conocíamos a nadie donde pudiéramos ir.

Así se fue pasando la vida, y un amigo hizo retomar mi interés en el yagé, porque había vivido con indígenas que lo ayudaron a superar sus problemas de drogadicción y enfermedad psiquiátrica, sin embargo, por cosas de la vida nunca conocí el lugar al que él iba. Pero seguí en mi búsqueda y a los 21 años conocí el yagé. Un día vi por Internet que había una conferencia de plantas sagradas e invité a un amigo de mi mejor amiga; durante la conferencia afirmé fuertemente en mi interior : “de aquí no salgo sin la persona con la que vaya a tomar yagé”, y cuando se estaba terminando el evento la persona con la que iba reconoció un amigo de la universidad de él y este me presento a Gato que llegó justo cuando se acabó la conferencia. Fui a dos conferencias antes de tomar yagé y estas me hicieron sentir en el lugar correcto.

Mi primera toma fue un renacer totalmente, conecté con mucha información, conecté con mi ser interior y fue el inicio de un camino que sentía propio. Por fin sentí que se llenaron vacíos en mi interior, sentí que había un propósito y mucho por hacer en esta vida. Todos mis anhelos existenciales se vieron recompensados.

En este momento llevo 8 años en el grupo, en los cuales he aprendido muchas cosas para la vida práctica, he madurado en muchos aspectos y he alimentado mi parte espiritual. Ahora veo que de las enseñanzas más grandes que me han nutrido, son cosas muy simples de la vida que solemos desestimar, la respiración, el ejercicio, la alimentación, la disciplina, la meditación, la familia.

Del camino recorrido agradezco profundamente a todas las personas que han estado en mi vida, y a los que con sola presencia o su voz han tocado mi corazón. Especialmente agradezco a Gato, que siempre ha estado para nosotros apoyándonos y guiándonos para comprendernos a nosotros mismos, y a Aura que es una amiga entrañable que me ha acompañado en mis procesos.

El yagé para mi marcó un antes y un después, y no lo digo en un sentido romántico porque no es que la vida cambie, se vuelva color de rosa o que todas las respuestas lleguen con solo preguntar, el despertar nos permite ver la vida de una forma diferente, verla desde otra óptica y con más conciencia. Nos permite conectarnos con la fuente original, con el gran trabajo de la naturaleza, nos abre el camino a la exploración de nosotros mismos y todo lo que ello conlleva.